martes, 20 de noviembre de 2018

LA MORALIDAD COMO REALIDAD ESTRUCTURANTE DE LO HUMANO


LA MORALIDAD COMO REALIDAD ESTRUCTURANTE  DE LO HUMANO

 Comportamiento animal versus comportamiento humano


COMPORTAMIENTO ANIMAL

COMPORTAMIENTO HUMANO



-Las respuestas que éstos ofrecen al medio ambiente son siempre de carácter mecánico y unívoco.

 -Hay así un ajustamiento perfecto gracias a su dotación y determinación biológica que les hace responder ante los estímulos siempre de una forma y no de otra, y se produce de forma automática. A este ajustamiento se le denomina “justeza”.

-En los animales hay siempre respuestas unidireccionales y repetibles mecánicamente.

-En el ser humano la respuesta no se produce de forma automática, se produce el primer momento básico de la libertad, gracias a que el hombre se encuentra libre de estos estímulos del medio ambiente y puede adaptarse de múltiples formas gracias a que posee inteligencia, misma que le permite hacerse cargo de su situación de manera libre y consciente.

- La respuesta no viene ya biológicamente, condicionada, sino porque, precisamente por esta razón, tiene que justificarla. A este tipo de ajustamiento humano, se le denomina “justicia”.


 La justificación como estructura interna del acto moral


Mientras al animal le está dado el ajustamiento, el hombre tiene que hacer ese ajustamiento. .. es decir, tiene que justificar sus actos. La justificación es, pues, la estructura interna del acto humano. Por eso, en vez de decir que las acciones humanas tienen justificación debe decirse que tienen que tenerla; que necesitan tenerla para ser verdaderamente humanas...


 ¿En qué consiste por tanto la justificación del acto humano? Consiste en dar cuenta de dicho acto, dando al mismo tiempo razones de la posibilidad que se ha puesto en juego; pero no sólo eso, se requiere además, como hay muchas posibilidades de acción, de preferir alguna de ellas sobre las demás, y en esto consiste el acto mismo de la libertad.

Dado que no estamos determinados por el estímulo real, nos vemos forzados a elegir, por eso la elección tiene que ser justificada. Lo que en el animal era justeza automática, en el ser humano es justificación activa, y esta necesidad de justificarse lo hace necesariamente moral. En este sentido, de lo único que no somos libres, es que: “No somos libres para dejar de ser libres”.







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